Ricardo Fuentealba-Fabio, artista y académico UC en la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York

9 de noviembre de 2022


La obra,Yo soy el hombre moderno que se esconde detrás de la máscara, del académico Ricardo Fuentealba-Fabio se presenta en Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York 2022

La obra, del artista visual y profesor de la Escuela de Arte UC, Ricardo Fuentealba-Fabio, Yo soy el hombre moderno que se esconde detrás de la máscara, fue seleccionada por la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York para exhibirse en el contexto que su curador Alexis Mendoza define como: ”Yala: Orígenes estructurales: Este proyecto explora la inevitable repercusión que las generaciones pasadas tuvieron en los valores estéticos, culturales o sociales presentes en el arte contemporáneo latinoamericano en la actualidad. En las exposiciones que componen esta edición de la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York, tratamos de establecer el vínculo entre el arte contemporáneo en el continente… Del 3 de septiembre de 2022 al 28 de enero de 2023, NYLAAT 2022 reunirá a más de 270 artistas que exhibirán sus obras en 8 lugares de la ciudad de Nueva York, con exhibiciones, actuaciones, proyecciones de videos/cortometrajes, instalaciones al aire libre, talleres interactivos, paneles de discusión y más, todo gratis para el público. Bajo el paraguas del Festival Hispano del Bronx, el evento de cinco meses contará con exhibiciones gratuitas y un calendario completo de programas en BronxArtsSpace, Boricua College (Campus del Bronx), Governors Island en 405-B Colonels Row, Lehman College Art Gallery, Longwood Art Gallery en Hostos Community College, Pace University Art Gallery, Queens College Art Gallery, Teatro Latea en el Centro Cultural y Educativo Clemente Soto Vélez.”.

Sobre su obra el académico sostiene que, a partir de la primera estrofa de la canción Mr. Roboto, de la banda norteamericana Styx de 1983: ¿Te estarás preguntando quién soy?, esta serie de obras intenta mirar al interior de la máscara, a lo íntimo de los ojos que, en cada uno, se revelan como un destino universal que tiene distintas funciones según el grupo humano que las use. Por esos años ochenta, los videoclips en la televisión chilena mostraban una idea de lo que pasaba allá afuera, en ese espacio anglosajón al que una parte de nuestra sociedad aspiraba. A partir de esta canción en inglés, y previo a un viaje a Japón hace un par de años, comencé esta serie que recordaba las realidades de héroes y monstruos de mi niñez, series orientales que aún siguen en vigencia: Ultraman 1966 (Japón) - 2019 (Netflix). En este sentido, la muestra actual reúne una veintena de intentos de óvalos con rasgos antropomorfos e invocaciones a espejos oscuros de obsidiana, repeticiones gráfico pictóricas que dan cuenta del esfuerzo físico por comprender las mismas preguntas cada vez, las mismas que vuelven cada año como un caído hecho de manchas sombrías… Las máscaras, en mi conciencia, se han constituido como un nodo, que inicia un textil de especulaciones visuales, que rara vez se refieren a un solo origen. Confluencias que son el residuo de los viajes reales e imaginarios. La universalidad, en estas obras, se construye por sensaciones sobre los propios relatos no lineales que me ayudan a comprender al otro en todas sus direcciones. Por lo mismo, el enigma detrás de la imagen simbólica, que lleva a la pregunta moderna sobre cómo acercarse al artista o quién es el artista, es la posibilidad de escuchar esa realidad de la que rara vez podemos anticipar algo. Sin embargo, es la desconfianza la primera que aparece, la misma que cubre las necesidades de la máscara. Es un proceso solemne que se repite porque ella no dista de la persona, ni del presagio que enunciamos al mirar a alguien, una entidad fantasmal que oculta y que puede incluso contradictoriamente, proteger nuestros flancos indefensos. Obras, esencialmente que están en el contexto hierático, estoico impregnadas con múltiples capas de carbón vegetal y mineral, a lo que se le suma un signo de vitalidad pictórica: una llama de fuego contenida en la atmósfera perenne. Ellas, reciben insistentemente una actitud donde el mundo físico importa menos que la referencia a la mediúmnidad como facultad del arte. Nada es más importante que la honesta necesidad de contener lo que se escabulle, lo que cada cual debiera intuir como principio del vínculo con los seres y las cosas. Es la esencia humana que orienta la relación cuando estás expuesto a las preguntas, cuando buscas la oportunidad de comprender el espíritu que moviliza todo. La obra en ese sentido recibe al ánima y despliega su testimonio, es el objeto que recibe al sujeto y su doble. En pleno desarrollo desatado y salvaje de los egoísmos actuales, esta serie propone un instante repetido desde esos años. Este trabajo declara la latencia instaurada de la canción de la banda de Chicago: “… Decidí buscar en esta canción la realidad de esos años, para saber si el tiempo histórico personal tiene algún sentido. Necesito responder a la duración de los propósitos simbólicos sin dejar de ver el contexto político económico en el que la labor del artista se desarrolla.

Finalmente, la tensión entre los propósitos personales, se abre camino porque está de moda que la sola comunidad es innecesaria. Así el modelo es la máscara. El objetivo es la máscara porque el sujeto no se separa de su accesorio, es su accesorio. Ha perdido su función de médium para ser el dominador que sonríe o se burla de nuestra ingenuidad. La máscara es la epidermis que alberga la derrota de lo auténtico del ser, la condena a representarse a través de ella. Hoy la máscara se reinventa incluso cuando no hay nada sobre nuestros rostros.

 


La obra de Fuentealba-Fabio se exhibirá en Longwood Art Gallery at Hostos Community College, The City University of New York, Bronx, NY, entre 5 de octubre al 21 de diciembre de 2022.

 

 

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